Pamplona acoge este miércoles una sesión sobre bosques, biomasa y cambio climático en el Pirineo

Pamplona acoge este miércoles una sesión sobre bosques, biomasa y cambio climático en el Pirineo, en la que se debatirán experiencias de gestión que se han llevado a cabo en ambos lados de la cordillera. La entrada es libre y se desarrolla en el Palacio del Condestable de la capital navarra de 9.30 a 13.30 horas.

bosque-biomasa

Cabe recordar que esta sesión se inscribe en las jornadas de buenas prácticas en energía y cambio climático ‘En sintonía con el cambio climático’, organizadas por el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona, que comenzaron el pasado 21 de septiembre.

El programa se desarrolla en colaboración con el Observatorio Pirenaico de Cambio Climático, en el marco del programa de cooperación territorial Poctefa, cofinanciado por el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). En la sesión de este miércoles se expondrán experiencias de gestión a cargo de socios de GEIE FORESPIR, una agrupación para el mantenimiento y el desarrollo de las funciones económicas, ecológicas y sociales en los bosques del Pirineo.

Creada en 1999, FORESPIR es una agrupación europea de interés económico que reúne a asociaciones, empresas y entidades del sector forestal y ambiental de ambas vertientes del macizo pirenaico. Tiene como objetivo de contribuir al mantenimiento y al desarrollo de las funciones económicas, ecológicas y sociales de los bosques del Pirineo.

En este sentido, cabe indicar que el Departamento de Desarrollo Rural, Medio Ambiente y Administración Local se incorporó este pasado lunes a la agrupación en el transcurso de la asamblea celebrada en Pamplona, a través de la empresa pública Gestión Ambiental de Navarra S.A. DESARROLLO DE LA JORNADA A lo largo de la mañana, los ponentes responderán a las cuestiones claves que el cambio climático está planteado en la cordillera pirenaica. En concreto, representantes del Observatorio Pirenaico del Cambio Climático expondrán los últimos datos sobre el cambio climático en los bosques del Pirineo.

Según las últimas investigaciones, algunos de los efectos que pueden observarse sobre el territorio son, entre otros, un aumento de la temperatura de 0,21 grados por decenio desde 1950, una disminución del 2,5% por decenio de las precipitaciones, un avance de las fechas de vendimia de hasta 15 días en algunas zonas, y el desplazamiento de especies vegetales y forestales. En la primera sesión intervendrá Jesús Julio Camarero, del Instituto Pirenaico de Ecología, CSIC, que hablará sobre ‘El decaimiento de abetales pirenaicos como paradigma de vulnerabilidad de los bosques ante el cambio climático’.

Posteriormente, se podrán conocer algunas experiencias de gestión adaptativa que se han puesto en marcha en los últimos años: la red de infraestructuras para el seguimiento, adaptación y protección de los bosques europeos, la gestión de los bosques públicos Francia o las acciones de los forestales privados también en el país galo. Para terminar, se plantearán dos experiencias de uso de la madera local como medio para atenuar el cambio climático. El Centre de la Propietat Forestal dará a conocer ‘CATFOREST, una marca de garantía para fomentar el uso de madera local’.

Por su parte, la Unión de los Municipios forestales del Pirineo Francés expondrá el programa ‘100 construcciones públicas con madera local para contribuir a la reducción de gases de efecto invernadero’.

Fuente: 20 minutos

La biomasa podría llegar al 60% del consumo energético renovable para 2030, según la IRENA

MADRID, 25 Sep. (EUROPA PRESS) –

La demanda mundial de biomasa como fuente de energía podría llegar a los 108 exajulios en 2030, una cantidad equivalente al 20 por ciento del suministro energético primario total y al 60 por ciento del consumo energético renovable, según se desprende de las conclusiones de un informe presentado por la Agencia Internacional de las Energía Renovable (IRENA, en inglés).

El organismo, que ha lanzado REmap 2030, un plan de acción global para el modelo energético en el futuro, prevé un «rol primordial» para la biomasa, siempre y cuando sean introducidas las tecnologías «modernas y sostenibles» que propone al respecto en el documento, bautizado como ‘Global Bioenergy Supply and Demand Projections for the Year 2030’.

De cara a ese potencial escenario, la IRENA estima que, del total de 108 exajulios, un 40 por ciento sería generado a partir de residuos procedentes del sector agrícola, de coste «mucho menor» al que exigen los cultivos energéticos. Además, habría un 30 por ciento adicional que provendría de productos forestales sostenibles.

«PODRÍA CONVERTIRSE EN UN ACTOR DECISIVO»

En el informe, el organismo asegura que, si se mantienen las políticas que ya aplican en la actualidad los países e instituciones, el peso que el conjunto de las energías renovables tiene en el mix mundial solo pasaría del 18 al 21 por ciento de aquí a 2030.

En su opinión, de aplicarse tecnologías «ya disponibles» en la actualidad sobre eficiencia energética o el acceso a la energía, ese 18 por ciento podría duplicarse hasta un 36 por ciento e «incluso más». No obstante, esto último exigiría una reflexión «más allá de lo convencional», hitos tecnológicos, así como un «cambio social» liderado por los propios consumidores.

«Una biomasa basada en residuos y en una tecnología más eficiente podría convertir a la bioenergía sostenible en un actor decisivo en el mix energético global, reduciendo la contaminación del aire y contribuyendo a salvar vidas», ha destacado el director de Innovación y Tecnología de IRENA, Dolf Gielen.

AMIGOS DE LA TIERRA PIDE RESTRICCIONES

Por el contrario, Amigos de la Tierra ha difundido este miércoles el informe ‘Quemando Tierra’, en el que ha reclamado la introducción de «grandes restricciones» en la Unión Europea para el sector de la biomasa; una fuente energética que implica un «uso excesivo» de tierras cultivables y forestales.

La investigación, encargada a la Universidad de Viena, cifra en 45 millones las hectáreas de huella de suelo que exigió el uso de bioenergía en la Unión Europea durante 2010, una superficie equivalente al área de Suecia.

De mantenerse la tendencia actual, la organización espera que el consumo a nivel comunitario aumente un 58 por ciento hacia 2013, lo que implicaría el uso de una superficie de 70 millones de hectáreas, lo mismo que Suecia y Polonia juntas.

Según la ONG, la mayor demanda de suelo para la producción de bioenergía que ha generado la actual política de subsidios de las autoridades comunitarias está causando deforestación, pérdida de biodiversidad, acaparamiento de tierras, así como un aumento del precio de la comida que podría poner en riesgo la seguridad alimentaria global.